Una organización, independientemente de lo grande que sea, está formada por diversos equipos de trabajo pequeños. Son estos pequeños equipos los que consiguen que una empresa funcione.
Liderar un grupo reducido de personas no consiste exclusivamente en dar instrucciones o dirigir proyectos. Un buen líder debe ser capaz de motivar, asumir responsabilidades y apoyar a su equipo.
En este artículo hemos recopilado cuatro consejos que pueden ayudar a aumentar tus dotes de líder y mejorar la relación con tus equipos de trabajo.
Cuando un equipo trabaja en conjunto, fomenta una buena comunicación y establece vínculos de confianza se consiguen, de manera más rápida, mejores resultados. Además, aumenta su motivación y sentimiento de pertenencia con la empresa. Para conseguir esto, es recomendable:
Un barco no avanza si cada uno rema en una dirección distinta. Lo mismo pasa con la organización de una empresa. Para conseguir que todos los miembros del equipo remen hacia el mismo objetivo, es necesario que exista una comunicación efectiva.
Una buena comunicación sirve de cimiento para crear equipos de trabajo motivados, cohesionados y capaces de trabajar conjuntamente sin fricciones. Comunicarse efectivamente ayuda a crear empresas saludables en las que se crea un entorno de confianza y cercanía.
El primer paso para lograr una buena comunicación en un equipo es promover un diálogo bidireccional y una cultura de feedback, siempre desde el máximo respeto y cordialidad. Los líderes también pueden mejorar la comunicación promoviendo colaboración en tareas, organizando proyectos juntos, fomentando eventos de teambuilding, etc.
Gestionar la comunicación en un equipo pequeño tiene sus ventajas y además es más sencillo generar confianza si lo forman pocas personas.
Una actitud positiva y optimista ayuda a liderar e influye en la actitud general del equipo.
Los líderes de equipo se encuentran a veces en situaciones en las que su buena actitud está en juego. Por ello, deben aprender a controlar sus emociones y a no perder esta actitud ni de forma privada ni de cara a su equipo. Las buenas actitudes y las malas son igual de contagiosas, más aún cuando ejerces de referente para un equipo.
Un aspecto importante relacionado con la actitud es el grado de implicación. Con buena determinación es más probable que exista mayor implicación. Al igual que la actitud, el grado de implicación del líder afecta a todo el equipo.
Un líder implicado y con una actitud positiva es un pilar para su equipo ya que, cuando estos no se sientan motivados, pueden recurrir a su líder para recuperar el rumbo y continuar cumpliendo objetivos.
Los buenos líderes se responsabilizan de los fracasos y atribuyen los éxitos a los miembros de su equipo. No sólo de forma pública o en grandes eventos, sino también en el día a día y las relaciones individuales con sus compañeros.
Reconocer y recompensar al equipo por las victorias puede ser muy sencillo, pero a menudo se pasa por alto. Un simple elogio, una invitación a un café o a comer, puede servir para que el equipo se sienta valorado por la empresa y motivado a seguir haciendo un buen trabajo.
Este reconocimiento se debería hacer tanto de forma privada como pública para que el trabajador y la persona se sienta también valorada por sus compañeros.
Hemos escrito un artículo sobre incentivos laborales (link blog) en el que puedes ver diferentes formas de premiar el buen trabajo de tu equipo.
Liderar implica tomar decisiones, y un buen líder toma decisiones con firmeza y determinación. Aunque tenga dudas no se las debe transmitir a su equipo. Esta determinación genera confianza, respeto y muestra que el líder está seguro de sí mismo. El liderazgo es especialmente importante en momentos de crisis.
Otro elemento importante dentro de este ámbito es la capacidad de delegar responsabilidades y permitir al equipo tomar ciertas decisiones. Ellos aprenderán del líder, por lo que este debe predicar con el ejemplo. Además, trabajar los puntos anteriores de comunicación, confianza, reconocimiento del esfuerzo y actitud pueden ayudar a mejorar su capacidad en la toma de decisiones.
Jeff Bezos suele decir: “si no puedes alimentar a un equipo de trabajo con dos pizzas, es demasiado grande”. Liderar equipos de trabajo pequeños tiene más ventajas que inconvenientes si se compara con equipos numerosos.