En el momento que nos planteamos incorporar personal a nuestra plantilla, lo primero que nos viene a la cabeza es contratar a una persona joven, con todos los hándicaps que eso conlleva: desestabilidad emocional, problemas con el compromiso, capacidad de adaptación…
Cada vez más, los puestos de trabajo requieren competencias que se adquieren con la experiencia, como por ejemplo: la capacidad resolutiva, en la que es necesario una gran experiencia de trabajo durante un largo tiempo para lograrla.
Antes de plantearnos a quién contratar, necesitamos saber: ¿Qué es exactamente el talento senior?
Se considera talento senior a las personas que tienen una edad superior a 45 años con amplia experiencia previa en un sector profesional concreto.
Las personas comprendidas entre 45 y 65 años se encuentran discriminadas por el estigma que supone su edad aún a día de hoy. Hay estudios que confirman que muchas empresas no se plantean contratar a personas dentro de este rango de edad por cuestiones sociales.
Pero realmente nos debemos plantear… ¿Qué beneficios nos aporta el talento senior?
Dejando de lado los beneficios fiscales que aporta un talento senior, una de las mayores ventajas para las empresas es la estabilidad y compromiso que tienen este tipo de talentos.
Estos trabajadores suelen tener familias y responsabilidades, esto significa que deben buscar una estabilidad laboral. Su principal objetivo no es el aprendizaje en el puesto, por lo tanto, habrá menor rotación y no buscarán cambiar de trabajo para seguir formándose o creciendo, sino ascender dentro de la empresa con sus méritos propios.
Además, el talento senior suele comprometerse más con la empresa y sus objetivos comunes, aplicándolos como objetivos personales.
No podemos negar que una persona que tiene gran experiencia en un sector suma un valor incalculable para la entidad, independientemente de su edad, todos los conocimientos adquiridos a lo largo de sus años de trabajo pueden ser de gran utilidad para el desarrollo de proyectos en nuestra empresa. Muchas de las aptitudes necesarias para desarrollar un puesto de trabajo se adquieren de la experiencia y no de la formación, lo que supone una ventaja competitiva para estos perfiles.
Gracias a su experiencia se evitarán errores, ya que ellos tendrán la capacidad de detectar patrones que han vivido anteriormente con más rapidez y además serán más resolutivos cuando puedan aparecer problemas similares.
Muchas de estas personas también han liderado equipos de trabajo a lo largo de su carrera profesional, por lo que, tienen las aptitudes de liderazgo y comunicación necesarias para una correcta gestión de grupos de trabajo. Además, pueden servir como referente para los trabajadores con menos experiencia y compartir con ellos todos sus conocimientos y su sabiduría de una manera más cercana, y como resultado, probablemente se conseguirá unificar procesos y generar buenos hábitos en los perfiles más junior.
Su carrera profesional les ha proporcionado una networking de contactos muy amplia que puede ser de mucha utilidad para la empresa si se trabaja en el mismo sector, donde se pueden necesitar en cualquier momento a proveedores, clientes o alguno de sus ex compañeros, teniendo la certeza que estas personas son eficientes y correctas en su trabajo.
Toda esta red de contactos también pueden ser de provecho para establecer colaboraciones y sinergias en el momento que se necesiten. Además, otro punto importante es el valor que aporta a la empresa que una persona con estos contactos esté trabajando en ella y por lo tanto, representado a la entidad.
Un talento senior ha pasado por situaciones complicadas a lo largo de su recorrido laboral y ha tenido que enfrentar situaciones complicadas, por lo tanto, son capaces de afrontar mucha presión, adaptarse a los cambios y confrontar los problemas.
Todo su recorrido les ha dado la capacidad de adaptarse de forma más intrínseca a los cambios y puede ser un factor de gran ayuda para las empresas que están pasando por un proceso de cambios en la organización de sus departamentos, pudiendo tomar las riendas y servir de guía para el equipo de trabajadores.
Estos trabajadores estarán más preparados para afrontar los cambios forzados o premeditados que puedan sufrir en la empresa y su predisposición al cambio hará que la compañía pueda responder con actitud flexible, pero resiliente al entorno volátil.
Por último, si se contrata a un talento senior en nuestro equipo de trabajo, fomentaremos la inclusión de estas personas en riesgo de exclusión laboral y crearemos un equipo enriquecedor con personas, además, de diferentes edades, sexos, culturas… Donde cada una puede aportar conocimiento al equipo, ofreciendo puntos de vistas diferentes en determinadas situaciones. Fomentaremos ambientes más colaborativos y productivos, donde todo el equipo adquiera las aptitudes beneficiosas de sus compañeros.
En conclusión, cualquier entidad debería evaluar los beneficios de incorporar a su plantilla a personas senior con experiencia y muchas aptitudes beneficiosas para la entidad.
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